Prompted by the 20th anniversary of the 1993 World Development Report, a Lancet Commission revisited the case for investment in health and developed a new investment framework to achieve dramatic health gains by 2035. The Commission's report has four key messages, each accompanied by opportunities for action by national governments of low-income and middle-income countries and by the international community. First, there is an enormous economic payoff from investing in health. The impressive returns make a strong case for both increased domestic financing of health and for allocating a higher proportion of official development assistance to development of health. Second, modeling by the Commission found that a "grand convergence" in health is achievable by 2035-that is, a reduction in infectious, maternal, and child mortality down to universally low levels. Convergence would require aggressive scale up of existing and new health tools, and it could mostly be financed from the expected economic growth of low- and middle-income countries. The international community can best support convergence by funding the development and delivery of new health technologies and by curbing antibiotic resistance. Third, fiscal policies -such as taxation of tobacco and alcohol- are a powerful and underused lever that governments can use to curb non-communicable diseases and injuries while also raising revenue for health. International action on NCDs and injuries should focus on providing technical assistance on fiscal policies, regional cooperation on tobacco, and funding policy and implementation research on scaling-up of interventions to tackle these conditions. Fourth, progressive universalism, a pathway to universal health coverage (UHC) that includes the poor from the outset, is an efficient way to achieve health and financial risk protection. For national governments, progressive universalism would yield high health gains per dollar spent and poor people would gain the most in terms of health and financial protection. The international community can best support countries to implement progressive UHC by financing policy and implementation research, such as on the mechanics of designing and implementing evolution of the benefits package as the resource envelope for public finance grows.

Con motivo del 20º aniversario del Informe sobre el Desarrollo Mundial 1993, una Comisión de la revista The Lancet reconsideró el argumento a favor de la inversión en salud y desarrolló un nuevo marco de inversión para lograr mejoras dramáticas en materia de salud para el año 2035. El informe de la Comisión contiene cuatro mensajes clave, cada uno acompañado de oportunidades para los gobiernos nacionales de países de ingresos bajos y medios y para la comunidad internacional. En primer lugar, invertir en salud acarrea enormes rendimientos económicos. Las impresionantes ganancias son un fuerte argumento a favor de un aumento en el financiamiento nacional de la salud y de asignar una mayor proporción de la asistencia oficial al desarrollo de la salud. En segundo lugar, en el modelo creado por la Comisión se encontró que es posible lograr para el año 2035 una "gran convergencia" en salud, consistente en la reducción de las tasas de mortalidad materna, infantil y por infecciones a niveles universalmente bajos. Tal convergencia requeriría la ampliación de las herramientas de salud existentes y un incremento agresivo de nuevas herramientas, y podría ser financiada en su mayor parte con recursos derivados del crecimiento económico esperado de los países de ingresos bajos y medios. La mejor manera en que la comunidad internacional puede apoyar la convergencia es financiando el desarrollo y suministro de nuevas tecnologías de salud, y frenando la resistencia a los antibióticos. En tercer lugar, las políticas fiscales -tales como los impuestos al tabaco y al alcohol- son una palanca poderosa y subutilizada que los gobiernos pueden emplear para detener el avance de las enfermedades no transmisibles (ENT) y las lesiones, a la vez que elevan los ingresos públicos para la salud. La acción internacional sobre las ENT y lesiones debería enfocarse en proporcionar asistencia técnica sobre políticas fiscales, en cooperación regional para el combate al tabaquismo y en financiar investigación sobre políticas e implementación para ampliar las intervenciones que enfrenten estos problemas. En cuarto lugar, la universalización progresiva -una vía hacia la cobertura universal de salud (CUS) que incluya desde el comienzo a los pobres- es una manera eficiente de lograr la protección a la salud contra riesgos financieros. Para los gobiernos nacionales, la universalización progresiva produciría elevadas ganancias en salud por cada dólar que se gaste en ésta, y los pobres serían quienes más ganarían en términos tanto de salud como de protección financiera. La mejor manera en que la comunidad internacional puede brindar apoyo a los países para implementar una CUS progresiva es financiando la investigación sobre políticas e implementación, por ejemplo, sobre la mecánica del diseño e instrumentación de la evolución del paquete de beneficios conforme crezca el presupuesto para las finanzas públicas.

Prompted by the 20th anniversary of the 1993 World Development Report, a Lancet Commission revisited the case for investment in health and developed a new investment framework to achieve dramatic health gains by 2035. The Commission's report has four key messages, each accompanied by opportunities for action by national governments of low-income and middle-income countries and by the international community. First, there is an enormous economic payoff from investing in health. The impressive returns make a strong case for both increased domestic financing of health and for allocating a higher proportion of official development assistance to development of health. Second, modeling by the Commission found that a "grand convergence" in health is achievable by 2035-that is, a reduction in infectious, maternal, and child mortality down to universally low levels. Convergence would require aggressive scale up of existing and new health tools, and it could mostly be financed from the expected economic growth of low- and middle-income countries. The international community can best support convergence by funding the development and delivery of new health technologies and by curbing antibiotic resistance. Third, fiscal policies -such as taxation of tobacco and alcohol- are a powerful and underused lever that governments can use to curb non-communicable diseases and injuries while also raising revenue for health. International action on NCDs and injuries should focus on providing technical assistance on fiscal policies, regional cooperation on tobacco, and funding policy and implementation research on scaling-up of interventions to tackle these conditions. Fourth, progressive universalism, a pathway to universal health coverage (UHC) that includes the poor from the outset, is an efficient way to achieve health and financial risk protection. For national governments, progressive universalism would yield high health gains per dollar spent and poor people would gain the most in terms of health and financial protection. The international community can best support countries to implement progressive UHC by financing policy and implementation research, such as on the mechanics of designing and implementing evolution of the benefits package as the resource envelope for public finance grows.

Con motivo del 20º aniversario del Informe sobre el Desarrollo Mundial 1993, una Comisión de la revista The Lancet reconsideró el argumento a favor de la inversión en salud y desarrolló un nuevo marco de inversión para lograr mejoras dramáticas en materia de salud para el año 2035. El informe de la Comisión contiene cuatro mensajes clave, cada uno acompañado de oportunidades para los gobiernos nacionales de países de ingresos bajos y medios y para la comunidad internacional. En primer lugar, invertir en salud acarrea enormes rendimientos económicos. Las impresionantes ganancias son un fuerte argumento a favor de un aumento en el financiamiento nacional de la salud y de asignar una mayor proporción de la asistencia oficial al desarrollo de la salud. En segundo lugar, en el modelo creado por la Comisión se encontró que es posible lograr para el año 2035 una "gran convergencia" en salud, consistente en la reducción de las tasas de mortalidad materna, infantil y por infecciones a niveles universalmente bajos. Tal convergencia requeriría la ampliación de las herramientas de salud existentes y un incremento agresivo de nuevas herramientas, y podría ser financiada en su mayor parte con recursos derivados del crecimiento económico esperado de los países de ingresos bajos y medios. La mejor manera en que la comunidad internacional puede apoyar la convergencia es financiando el desarrollo y suministro de nuevas tecnologías de salud, y frenando la resistencia a los antibióticos. En tercer lugar, las políticas fiscales -tales como los impuestos al tabaco y al alcohol- son una palanca poderosa y subutilizada que los gobiernos pueden emplear para detener el avance de las enfermedades no transmisibles (ENT) y las lesiones, a la vez que elevan los ingresos públicos para la salud. La acción internacional sobre las ENT y lesiones debería enfocarse en proporcionar asistencia técnica sobre políticas fiscales, en cooperación regional para el combate al tabaquismo y en financiar investigación sobre políticas e implementación para ampliar las intervenciones que enfrenten estos problemas. En cuarto lugar, la universalización progresiva -una vía hacia la cobertura universal de salud (CUS) que incluya desde el comienzo a los pobres- es una manera eficiente de lograr la protección a la salud contra riesgos financieros. Para los gobiernos nacionales, la universalización progresiva produciría elevadas ganancias en salud por cada dólar que se gaste en ésta, y los pobres serían quienes más ganarían en términos tanto de salud como de protección financiera. La mejor manera en que la comunidad internacional puede brindar apoyo a los países para implementar una CUS progresiva es financiando la investigación sobre políticas e implementación, por ejemplo, sobre la mecánica del diseño e instrumentación de la evolución del paquete de beneficios conforme crezca el presupuesto para las finanzas públicas.

Objective To present the available data on the money spent by Member States of the World Health Organization (WHO) on remunerating health workers in the public and private sectors. Methods Data on government and total expenditure on health worker remuneration were obtained through a review of official documents in WHO's Global Health Expenditure Database and directly from country officials and country official web sites. Such data are presented in this paper, by World Bank country income groups, in millions of national currency units per calendar year for salaried and non-salaried health workers. They are presented as a share of gross domestic product (GDP), total health expenditure and general government health expenditure. The average yearly change in remuneration (i.e. compound annual growth rate) between 2000 and 2012 as a function of these parameters was also assessed. Findings On average, payments to health workers of all types accounted for more than one third of total health expenditure across countries. Such payments have grown faster than countries' GDPs but less rapidly than total health expenditure and general government health expenditure. Remuneration of health workers, on the other hand, has grown faster than that of other types of workers. Conclusion As they seek to attain universal health coverage (UHC), countries will need to devote an increasing proportion of their GDPs to health and health worker remuneration. However, the fraction of total health expenditure devoted to paying health workers seems to be declining, partly because the pursuit of UHC calls for strengthening the health system as a whole.

Resumen Objetivo Mostrar los datos disponibles sobre el capital que los Estados miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) destinaron a remunerar al personal sanitario en los sectores público y privado. Métodos Se extrajeron datos sobre el gobierno y el coste salarial total del personal sanitario mediante una revisión de los documentos oficiales de la base de datos Global Health Expenditure Database de la OMS, y directamente de los funcionarios del país y los sitios web oficiales de los países. Este informe presenta los datos en millones de unidades monetarias nacionales por año natural destinados al personal sanitario, asalariado y no asalariado, a través de la clasificación de países por los grupos salariales que emplea el Banco Mundial. Se presentan como un porcentaje del producto interior bruto (PIB), el coste sanitario total y el coste sanitario general de los gobiernos. También se evaluó el cambio salarial anual promedio (es decir, la tasa del crecimiento anual compuesto) entre los años 2000 y 2012 como una función de estos parámetros. Resultados En general, los pagos al personal sanitario de cualquier tipo representaron más de un tercio del coste total en salud entre los países. Estos pagos han aumentado a mayor velocidad que los PIB de los países, pero a menor velocidad que el coste sanitario total y el coste sanitario general de los gobiernos. El salario del personal sanitario, por su parte, ha aumentado a mayor velocidad que el de los trabajadores de otros sectores. Conclusión En su esfuerzo por alcanzar la cobertura sanitaria universal (UHC), los países tendrán que destinar una mayor proporción de su PIB a la sanidad y al salario de los trabajadores sanitarios. Sin embargo, la fracción del coste sanitario total derivado del pago del personal sanitario parece reducirse, en parte porque para alcanzar la cobertura sanitaria universal es necesario fortalecer el sistema sanitario en su conjunto.

Résumé Objectif Présenter les données disponibles sur les sommes dépensées par les États membres de l'Organisation mondiale de la Santé (OMS), liées à la rémunération des travailleurs de la santé dans les secteurs public et privé. Méthodes Les données sur les dépenses gouvernementales et totales liées à la rémunération des travailleurs de la santé ont été obtenues en examinant les documents officiels de la base de données des dépenses mondiales liées à la santé de l'OMS et directement à partir des représentants et des sites Web officiels des pays. Ces données sont présentées dans ce document, par groupes de revenu de pays de la Banque mondiale, en millions d'unités monétaires nationales par année civile pour les travailleurs de la santé salariés et non salariés. Elles sont présentées comme part du produit intérieur brut (PIB), du total des dépenses de santé et des dépenses générales de santé du gouvernement. La moyenne annuelle du changement de la rémunération (c'est-à-dire le taux de croissance annuel composé) a également été évaluée entre 2000 et 2012 en fonction de ces paramètres. Résultats En moyenne, le coût des rémunérations pour tous les types de travailleurs de la santé représentait plus du tiers du total des dépenses de santé dans les différents pays. Ce coût a augmenté plus rapidement que le PIB des pays, mais moins rapidement que le total des dépenses de santé et des dépenses générales de santé du gouvernement. La rémunération des travailleurs de santé a d'autre part augmenté plus rapidement que celle des autres types de travailleurs. Conclusion Alors qu'ils cherchent à atteindre une couverture maladie universelle (CMU), les pays devront consacrer une proportion croissante de leur PIB à la santé et à la rémunération des travailleurs. Toutefois, la portion du total des dépenses de santé consacrée à payer les travailleurs de santé semble diminuer, en partie parce que la mise en place de la CMU exige un renforcement de l'ensemble du système de santé.

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OBJECTIF: Décrire les différents types d'ensembles de données sur les flux d'aide, ce qu'ils identifient, les types de questions auxquelles ils répondent, et étudier l'étendue de l'écart dans les niveaux et les tendances entre ces ensembles de données aux niveaux régional et national. MÉTHODES: Les données figurant dans la base de données de l'Organisation mondiale de la Santé sont issues de documents nationaux officiels et sont publiées chaque année, après avoir été examinées par chaque pays. Outre ces données, les auteurs ont extrait certaines informations de sites Web accessibles au public. Les données recueillies ont couvert tous les flux d'aide de tous les donateurs spécifiés pour les pays d'Afrique subsaharienne (y compris l'aide pour la région africaine dans son ensemble ou pour des groupes de pays de la région) en ce qui concerne la santé. RÉSULTATS: L'écart des niveaux et des tendances dans l'aide au développement pour la santé à travers les six ensembles de données comparés dans ce rapport est considérable. Il était plus important au niveau des pays qu'au niveau des régions, d'une part, car les différents agrégats de l'aide au développement pour la santé ont des significations différentes, et d'autre part, en raison de déclarations incomplètes. CONCLUSION: Il est important de savoir ce que les différents agrégats de l'aide au développement pour la santé repris dans les différentes bases de données signifient avant de décider quels sont ceux à utiliser pour répondre à une question de politique particulière. L'utilisation d'une source incorrecte pourrait conduire à des conclusions erronées.

OBJECTIVE: To describe the different types of data sets on aid flows, what they capture and the types of questions they answer, and to explore the extent of variation in levels and trends between these data sets at the regional and country levels. METHODS: Data included in the database of the World Health Organization are derived from official country documents and are published annually after review by each country. In addition to such data, the authors extracted data from publicly available web sites. The data extracted covered all aid flows from all donors specified for sub-Saharan African countries (including aid for the African region as a whole or for groups of countries in the region) as being for health. FINDINGS: The variation in levels and trends in development assistance for health across the six data sets compared in this paper was substantial. Variation was greater at the country than at the regional level, partly because the different aggregates of development assistance for health have different meanings and partly because of incomplete reporting. CONCLUSION: It is important to know what the different aggregates of development assistance for health reported in the different databases mean before deciding which ones to use to answer a particular policy question. Using the wrong source can lead to erroneous conclusions.

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OBJETIVO: Describir los distintos tipos de datos sobre los flujos de ayuda, lo que recopilan y a qué tipo de preguntas ofrecen respuesta, y explorar en qué medida varían los niveles y tendencias entre dichos datos a nivel regional y nacional. MÉTODOS: Los datos incluidos en la base de datos de la Organización Mundial de la Salud provienen de documentos nacionales oficiales y se publican anualmente tras haber sido revisados por cada país. Además de esos datos, los autores extrajeron información disponible para el público en sitios web. La información extraída incluyó todos los flujos de ayuda de todos los donantes mencionados para los países subsaharianos (incluida la ayuda para la región africana como un todo o por grupos de países en la región), clasificada como para la salud. RESULTADOS: La variación en los niveles y las tendencias de la ayuda para el desarrollo en el ámbito de la salud en los seis conjuntos de datos comparados en este documento fue notable. La variación fue mayor a nivel nacional que regional, en parte porque los distintos conjuntos de ayuda al desarrollo en el ámbito de la salud tienen significados diferentes y en parte porque los informes son incompletos. CONCLUSIÓN: Es importante conocer lo que los distintos conjuntos de la ayuda al desarrollo en el ámbito de la salud registrados en las distintas bases de datos significan antes de decidir cuáles emplear para dar respuesta a una cuestión sobre una estrategia en particular. Usar una fuente equivocada puede dar lugar a conclusiones erróneas.

OBJECTIVE: To estimate systematically the inflow and outflow of health workers in Africa and examine whether current levels of pre-service training in the region suffice to address this serious problem, taking into account population increases and attrition of health workers due to premature death, retirement, resignation and dismissal. METHODS: Data on the current numbers and types of health workers and outputs from training programmes are from the 2005 WHO health workforce and training institutions' surveys. Supplementary information on population estimates and mortality is from the United Nations Population Division and WHO databases, respectively, and information on worker attrition was obtained from the published literature. Because of shortages of data in some settings, the study was restricted to 12 countries in sub-Saharan Africa. FINDINGS: Our results suggest that the health workforce shortage in Africa is even more critical than previously estimated. In 10 of the 12 countries studied, current pre-service training is insufficient to maintain the existing density of health workers once all causes of attrition are taken into account. Even if attrition were limited to involuntary factors such as premature mortality, with current workforce training patterns it would take 36 years for physicians and 29 years for nurses and midwives to reach WHO's recent target of 2.28 professionals per 1000 population for the countries taken as a whole - and some countries would never reach it. CONCLUSION: Pre-service training needs to be expanded as well as combined with other measures to increase health worker inflow and reduce the rate of outflow.

OBJETIVO: Estimar sistemáticamente el ritmo de incorporación y abandono en puestos de trabajadores sanitarios en África y determinar si el nivel actual de formación previa al empleo en la región es suficiente para afrontar ese grave problema, teniendo en cuenta el aumento de la población y la disminución natural de trabajadores sanitarios por muerte prematura, jubilación, dimisión y despido. MÉTODOS: Los datos sobre el número actual y el tipo de trabajadores sanitarios y la cantidad de personas capacitadas en los programas de formación proceden de las encuestas de 2005 de la OMS sobre el personal sanitario y las instituciones de formación. La información complementaria sobre las estimaciones de población y la mortalidad procede de las bases de datos de la División de Población de las Naciones Unidas y de la OMS, respectivamente, y la información sobre la disminución natural de los trabajadores se extrajo de diversas publicaciones. Debido a la falta de datos en algunos entornos, el estudio se limitó a 12 países del África subsahariana. RESULTADOS: Nuestros resultados llevan a pensar que la escasez de personal sanitario en África es aún más grave de lo que se creía hasta ahora. En 10 de los 12 países estudiados, la formación previa al empleo es hoy día insuficiente para mantener la actual densidad de trabajadores sanitarios una vez consideradas todas las causas de disminución natural. Incluso si esa disminución se debiera sólo a factores involuntarios, como la mortalidad prematura, manteniendo el actual ritmo de formación habrían de transcurrir 36 años en el caso de los médicos y 29 años en el caso de las enfermeras para que pudiera alcanzarse la meta reciente de la OMS de 2,28 profesionales por cada 1000 habitantes para el conjunto de los países, y además algunos países nunca alcanzarían esa cifra. CONCLUSIÓN: Es necesario expandir la formación previa al servicio y combinarla con otras medidas si se desea incrementar la incorporación de trabajadores sanitarios y reducir la tasa de abandono.

OBJECTIF: Estimer de manière systématique les flux entrants et sortants de personnel médical en Afrique et déterminer si les effectifs actuellement formés dans la région avant l'entrée en activité suffisent pour répondre à ce grave problème, compte tenu de la croissance démographique et de l'attrition de la main-d'œuvre résultant des décès prématurés, des départs à la retraite, des démissions et des licenciements. MÉTHODES: Les données sur les effectifs actuels du personnel médical, les différents types de personnels de santé et les effectifs sortant des programmes de formation proviennent de l'enquête de 2005 de l'OMS sur la main d'œuvre au service de la santé publique et les établissements de formation. Des estimations démographiques et des données de mortalité supplémentaires ont été fournies respectivement par la Division de la population des Nations Unies et par les bases de données de l'OMS et des informations sur l'attrition de la main d'œuvre ont été tirées de la littérature publiée. En raison du manque de données pour certains pays, l'étude n'a porté que sur 12 pays d'Afrique sub-saharienne. RÉSULTATS: Les résultats obtenus laissent à penser que la pénurie de personnel de santé en Afrique est encore plus grave qu'on ne l'estimait auparavant. Dans 10 des 12 pays étudiés, les effectifs actuellement formés avant leur entrée en activité sont insuffisants pour maintenir la densité d'agents de santé existante une fois toutes les causes d'attrition prises en compte. Même si cette attrition n'était due qu'à des facteurs involontaires comme la mortalité prématurée, il faudrait, avec le rythme actuel de formation de la main d'œuvre, 36 ans dans le cas des médecins et 29 ans dans le cas des infirmières et des sages-femmes, pour atteindre l'objectif récemment fixé par l'OMS de 2,28 professionnels de santé pour 1000 habitants pour l'ensemble de ces pays - dont certains sont dans l'incapacité de réaliser un jour cet objectif. CONCLUSION: Il faut développer les formations avant l'entrée en activité et mettre en œuvre parallèlement d'autres mesures pour accroître le flux entrant de main d'œuvre et réduire le taux de départ.

In 2005, the Member States of WHO adopted a resolution encouraging countries to develop health financing systems capable of achieving and/or maintaining universal coverage of health services - where all people have access to needed health services without the risk of severe financial consequences. In doing this, a major challenge for many countries will be to move away from out-of-pocket payments, which are often used as an important source of fund collection. Prepayment methods will need to be developed or expanded but, in addition to questions of revenue collection, specific attention will also have to be paid to pooling funds to spread risks and to enable their efficient and equitable use. Developing prepayment mechanisms may take time, depending on countries' economic, social and political contexts. Specific rules for health financing policy will need to be developed and implementing organizations will need to be tailored to the level that countries can support and sustain. In this paper we propose a comprehensive framework focusing on health financing rules and organizations that can be used to support countries in developing their health financing systems in the search for universal coverage.

En 2005 los Estados Miembros de la OMS adoptaron una resolución en la que se alienta a los países a desarrollar sistemas de financiación sanitaria capaces de alcanzar o mantener la cobertura universal de servicios de salud: mecanismos para garantizar que toda la población tenga acceso a los servicios de salud necesarios sin arriesgarse a sufrir consecuencias financieras graves. En ese empeño, un reto importante para muchos países será el de renunciar a los pagos directos, empleados a menudo como una fuente importante de fondos. Habrá que desarrollar o expandir los métodos de prepago, pero, además de las cuestiones relativas a la recaudación de ingresos, se deberá prestar especial atención a la mancomunación de fondos para repartir los riesgos y utilizar dichos fondos de forma eficiente y equitativa. El desarrollo de mecanismos de prepago puede requerir tiempo, según el contexto económico, social y político de los países. Será necesario elaborar normas específicas para las políticas de financiación sanitaria y habrá que adaptar las organizaciones ejecutoras a niveles que los países puedan apoyar y mantener. En este artículo proponemos un marco integral centrado en las normas y organizaciones de financiación de la salud que pueden utilizarse para ayudar a los países a desarrollar sus sistemas de financiación sanitaria en pro de la cobertura universal.

En 2005, les Etats Membres de l'OMS ont adopté une résolution encourageant les pays à développer des systèmes de financement de la santé capables de mettre en place et/ou de maintenir une couverture universelle des services de santé permettant à toutes les personnes d'avoir accès aux services sanitaires dont elles ont besoin sans risquer des conséquences financières graves. Dans cette voie, l'une des difficultés majeures pour de nombreux pays réside dans l'abandon du système des débours directs par les ménages, qui sert fréquemment de source importante de financement. Il faut développer ou élargir des méthodes de prépaiement, tout en accordant une attention particulière non seulement aux questions de collecte des contributions, mais aussi à la mise en commun des fonds pour répartir les risques et permettre un usage efficace et équitable de ces fonds. La mise au point de mécanismes de prépaiement peut prendre du temps en fonction du contexte économique, social et politique qui règne dans les pays. Il faut aussi élaborer des règles spéciales pour les politiques de financement de la santé et adapter les organisations chargées de la mise en œuvre de ces politiques en fonction du niveau que les pays sont en mesure de supporter et de maintenir. Nous proposons dans cet article un cadre complet, régissant principalement les règles et les organisations de financement de la santé, utilisable pour aider les pays à développer des systèmes de financement de la santé orientés vers la réalisation de la couverture universelle.